
Recomendaciones a tener en cuenta, para que el invierno nos encuentre bien informados y saludables.
Bajas temperaturas, el clima y la permanencia en lugares cerrados son algunos de los factores que promueven la propagación de microorganismos causantes de infecciones respiratorias como la gripe, la neumonía y la bronquiolitis, que afectan a muchas personas durante el invierno. Por este motivo, es recomendable conocer las medidas preventivas para evitar el contagio y detectar los síntomas de cada dolencia, para tratar las enfermedades en forma precoz.
Es importante recordar que en la consulta médica es posible recibir información completa, actualizada y específica acerca de las indicaciones de vacunación para los distintos grupos vulnerables de la población, como medida preventiva de estas enfermedades. Recientemente por ejemplo se incorporó al Calendario Nacional de Vacunación la recomendación de aplicar la vacuna antigripal y contra el neumococo a mayores de 65 años.
La gripe es una infección vírica que afecta principalmente a la nariz, la garganta, los bronquios y, ocasionalmente, los pulmones. Entre los principales síntomas asociados e encuentran la aparición súbita de fiebre alta, dolores musculares, cefalea, malestar general importante, tos seca, dolor de garganta y rinitis.
La neumonía es una infección que puede tener su causa en diversos agentes infecciosos (virus, bacterias u hongos) y compromete la función pulmonar, produciendo un aumento de secreciones, que limitan la absorción de oxígeno y dificultan la respiración. Los síntomas más frecuentes son fiebre, tos, escalofríos, respiración agitada, sibilancias y pérdida de apetito.
La bronquiolitis, es una enfermedad que expresa una inflamación aguda de las vías aéreas inferiores (bronquiolos) y su causa más común es el virus sincicial respiratorio (VSR) y los principales afectados son generalmente los bebés menores de 6 meses. La bronquiolitis suele presentarse en los primeros días como un cuadro propio de un resfrío, pero luego pueden sumarse alguno o varios de estos síntomas: tos, fatiga, fiebre, respiración muy rápida (taquipnea), aleteo nasal o retracción de los músculos del tórax en un esfuerzo por respirar y color azulado en la piel, las uñas o los labios, debido a la falta de oxígeno (cianosis).
Para que todos estemos protegidos, es recomendable atender medidas preventivas tales como:
• Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón.
• Cumplir con el cronograma de vacunas con las cepas recomendadas por la OMS (en especial en los niños, embarazadas, personas con enfermedades crónicas y adultos mayores).
• Ventilar todos los ambientes de la casa y lugares de trabajo a diario y no auto medicarse.
• En el caso de los bebés, se recomienda mantener la lactancia materna (al menos hasta que el bebé cumpla los 6 meses).
Siempre, ante la aparición de los primeros síntomas es fundamental la consulta médica para arribar a un diagnóstico preciso y seguir los tratamientos que eviten complicaciones mayores de la enfermedad.
Dr. Gustavo Martinez | Especialista en Infectología | M.P.: 23752 | M.E.: 8554