El verano es una de las épocas en las que más disfrutamos del aire libre, sin embargo hay que estar alerta a lo que pueda suceder con nuestra salud.
El cambio de clima, de ambiente, de alimentación, de horarios y de descanso, son algunos de los puntos que posicionan al verano como una época especial. No obstante, éste, no es ajeno a ciertos malestares a los que hay que estar atentos.
Precisamente el sol es el más dañino y al que más estamos expuestos durante los días de calor, por lo que una exposición sin cuidados puede causar resequedad, manchas, quemaduras, arrugas e importantes alteraciones en la piel.
Los golpes de calor, las altas temperaturas así como la playa y la actividad física son algunos factores de riesgo que pueden provocar que el organismo se enferme.
Las dolencias más comunes que podemos llegar a tener en esta época son la baja presión, la otitis, los hongos, la deshidratación y la insolación. Es por eso que muchos profesionales de la salud recomiendan tener en cuenta una serie de consejos para disfrutar de un verano saludable:
- Hidratarse en todo momento
- Consumir frutas y verduras frescas. Esto ayuda a incorporar agua, vitaminas y minerales
- Utilizar protector solar. Informarse con un médico acerca del factor más conveniente según nuestro tipo de piel
- Proteger la vista de los rayos solares
- Evitar los cambios bruscos de temperatura
- Practicar ejercicio regularmente en los horarios adecuados para evitar golpes de calor
- Impedir las insolaciones llevando gorra y/o sombrilla
- Controlar el estado de los alimentos tales como lácteos, carnes, frutas y verduras
- Consultar a un médico por cualquier malestar que pueda presentarse